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martes, 20 de septiembre de 2016

El monumento al rey Alfonso XII en el Balcón de Europa de Nerja, entre el falseamiento histórico y el souvenir turístico




Una vez más, la ficción convertida en realidad.

Rogelio López Cuenca y Elo Vega.





Monumento al rey Alfonso XII en el Balcón de Europa de Nerja (Francisco Martín, 2003)(fotografía del autor)



En la introducción de un libro de reciente publicación, Granada, mármoles con caracteres extraños. Guía monumental, ideado y dirigido por Rogelio López Cuenca y Elo Vega, el escritor Justo Navarro realiza unas interesantes reflexiones sobre los monumentos en general, que “hablan menos del pasado que de las preocupaciones de quienes los erigen”, y sobre los de la ciudad de Granada en particular. Justo Navarro repasa la política monumental llevada a cabo por las autoridades granadinas desde el siglo XIX hasta nuestros días, culminando en el nuevo culto turístico a los monumentos que tanto Granada como muchas otras ciudades practican con la instalación de estatuas interactivas que el paseante toca y con las que se fotografía, “objetos de consumo, de monstruosos souvenirs del tamaño de un humano adulto […] convertidas en peatones contemporáneos, nuestros semejantes, ofrecidos al tacto y a los elementos naturales, al deterioro y al desgaste”[1].

Traigo aquí estas citas porque retratan a la perfección el caso del monumento al rey Alfonso XII situado en la rotonda-mirador del paseo Balcón de Europa de Nerja. El monumento, inaugurado el 28 de febrero de 2003, es una estatua de bronce del monarca realizada por el escultor torreño Francisco Martín por encargo del Ayuntamiento de la localidad; el rey se apoya en la barandilla, de espaldas al sol levante, y en una baldosa de bronce colocada a sus pies puede leerse la siguiente inscripción: “El rey Alfonso XII dio el nombre de ‘Balcón de Europa’ a este mirador, con ocasión de su visita a Nerja el día 12 de enero de 1885.” La información que contiene la baldosa es en gran parte errónea, pues, aunque resulta cierto que Alfonso XII visitó Nerja y se asomó al Balcón de Europa en enero de 1885, no lo es que lo hiciera ese día, sino el 20, y mucho menos que fuera él quien le impuso el nombre con el que se le conoce.


Inscripción del monumento al rey Alfonso XII en el Balcón de Europa de Nerja (fotografía del autor)

Sin embargo, este último dato, inventado con posterioridad a la visita, constituye la justificación del monumento, pues con su erección no solo se trata de dejar constancia de la presencia en el mirador del monarca durante unos escasos minutos hace ya más de un siglo, sino de fijar oficialmente la paternidad del rey en la denominación del espacio público más emblemático de Nerja, culminándose con ello el proceso de construcción de una especie de mito regio fundacional que aquí se expone a la vista de todos. El mensaje contenido en la baldosa se va difundiendo con rapidez; todos los que visitan el Balcón de Europa, que son decenas de miles cada año, se llevan esa información; las redes sociales, la prensa, gran parte de los sitios web que contienen datos sobre el patrimonio y la historia de Nerja facilitan su circulación, multiplicándose el número de receptores del mensaje; incluso hay quienes, habiendo sido advertidos del error, prefieren seguir creyendo en la historia inventada, porque les resulta más atractiva, aunque no sea cierta. Con el monumento, que a la vez es considerado un souvenir turístico junto al que la mayoría se fotografía, también se materializa uno de los tres pilares o hitos sobre los que se pretende construir la historia contemporánea de Nerja (los otros son el descubrimiento de la Cueva, del que no discuto su importancia y valor, y la serie televisiva Verano Azul), eclipsando todo lo demás, como si ninguna otra cosa distinta de ellos vivida por este pueblo desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días fuera digna de consideración.

No deja de ser curiosa, aunque no sorprendente, la elección de un acontecimiento absolutamente anecdótico de entre todos los que han tenido lugar en el dilatado proceso histórico vivido por las gentes de Nerja, como es la visita de Alfonso XII (que además ha sido manipulado), para asociarlo al Balcón de Europa, hasta el punto de quedar inseparablemente unidos el famoso mirador y el monarca. También es curioso, aunque tampoco deja ya de sorprender, pues la elección ha sido clara, que mientras a esto se le concede la importancia que, en realidad, no tiene, se ignore lo que sí fue: que el área del Balcón de Europa estuvo durante más de trescientos años ocupada por el castillo Bajo, construido en 1502 por orden de los Reyes Católicos en ese espolón rocoso y dinamitado por los ingleses en 1811, durante la Guerra de la Independencia. El castillo, del que no existe ni una sola referencia en el Balcón de Europa en recuerdo de su pasada existencia, fue el núcleo en torno al cual se construyó, a partir de 1633, el caserío de la moderna puebla de Nerja, convirtiéndose, este sí, en uno de sus hitos históricos al que podríamos incluso considerar dotado de un carácter fundacional.

Pero, ¿cómo fue el viaje de Alfonso XII y cómo se forjó la atribución del nombre del Balcón de Europa a dicho monarca?


Comitiva regia dirigiéndose a Nerja, por el dibujante Juan Comba (La Ilustración Española y Americana, 30 de enero de 1885)


Entre los días 9 y 22 de enero de 1885, el rey Alfonso XII realizó un viaje en el que recorrió los lugares afectados por el terremoto que había tenido lugar en la noche del 25 de diciembre de 1884 y que había producido efectos devastadores en las localidades situadas en la cara norte de las sierras de Tejeda y Almijara y algo menos, aunque graves, en las que se encontraban en la cara sur de las mismas. El rey se encontraba enfermo (moriría de tuberculosis diez meses después, a la edad de veintisiete años), por lo que el viaje no parece que fuera del agrado del presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas del Castillo, aunque sí de uno de los promotores del mismo, el antequerano Francisco Romero Robledo, gran cacique de la provincia de Málaga y ministro de la Gobernación. El rey, después de visitar la provincia de Granada, llegó a Málaga, tras pernoctar en el cortijo El Romeral de Antequera, propiedad de Romero Robledo, y de allí se dirigió a Torre del Mar, adonde llegó el día 17 y estableció su cuartel general en el lujoso campamento levantado por Manuel Domingo Larios en su fábrica azucarera. En los días siguientes visitó los lugares afectados de la Axarquía y el día 20 de enero, no el 12, cursó visita a las localidades de Torrox y Nerja.

En el Archivo General de Palacio, en Madrid, se conservan los telegramas que puntualmente se iban remitiendo cada vez que el rey se desplazaba. Alfonso XII llegó a Nerja a las 14:55 h y se marchó cincuenta y cinco minutos después, a las 15:50 h[2]. Fue recibido en el límite del término municipal por una comisión de siete personas, formada por algunos representantes municipales, un presbítero y los dos mayores contribuyentes del pueblo. En ese breve espacio de tiempo asistió a un Te Deum que se rezó en la ermita de Nuestra Señora de las Angustias, recorrió las calles Angustias, Pintada, Puerta del Mar, Plaza, Paseo, (acercándose al Balcón de Europa), Carmen, Plazoleta y Granada, departió con algunos damnificados, y su carruaje, cedido por el marqués de Larios, fue acompañado hasta el límite con Torrox por la misma representación que lo había recibido, solicitándole su intervención para el replanteo de la carretera de Málaga a Almería que se estaba construyendo[3].


Ruinas en la calle Puerta del Mar, en Nerja, por el dibujante Juan Comba (La Ilustración Española y Americana, 30 de enero de 1885)


No es cierto que Alfonso XII impusiera al mirador el nombre Balcón de Europa, pues hay documentos que demuestran que era denominado así al menos desde el año 1839. En el Libro de Actas Capitulares del Ayuntamiento de Nerja de 1839, en el acta de la sesión celebrada el día 28 de diciembre de dicho año, que transcribo al final de esta entrada, se cita el Balcón de Europa, en el cual había una fuerza de carabineros. Asimismo, en el Itinerario descriptivo de Málaga a Motril por Torre del Mar y Almuñécar, redactado en la campaña de 1848 por la 5ª comisión (Madrid, Servicio Geográfico del Ejército), al describirse Nerja, se nombra el Balcón de Europa “llamado así por los naturales en razón del mucho horizonte que se descubre desde él”.

Algunos de los periodistas que cubrían el viaje real recogían esa denominación en sus crónicas; así, Manuel Quejana refería en El Imparcial del 23 de enero de 1885 que “cautiva el aspecto de la población, que se levanta a la orilla del mar, avanzando una punta de tierra llamada el Balcón de Europa, desde donde se contempla la inmensa extensión del Océano, y se divisa en los días claros la costa de África”, y El Día del 22 del mismo mes y año publica que “S.M. recorrió varias calles, se asomó al Balcón de Europa, especie de torreón construido sobre el mar, desde el cual se contempla un grandioso panorama”.


Postal conmemorativa de la emisión del sello del Balcón de Europa, enero de 1986 (anverso)
Postal conmemorativa de la emisión del sello del Balcón de Europa, enero de 1986 (reverso)


Alejandro Bueno García, historiador y alcalde de Nerja, cuyo padre era el alcalde de la localidad en el momento de la visita, y que fue testigo de los acontecimientos, en su Reseña histórica de la villa de Nerja nos informa de que el Rey se marchó “no sin haber celebrado el hermoso paseo Balcón de Europa, admiración de propios y extraños”[4], y nada más dice del tema. Pero en la segunda mitad del siglo XX, concretamente en la década de 1960, se empezó a difundir una versión del tema, que quizá había sido elaborada con anterioridad, en la que el monarca aparece ya  como autor del nombre; así, José Acosta Sánchez en su libro Nerja, primer encuentro con mi pueblo afirma: “El 20 de enero de 1885 llegó a Nerja [Alfonso XII], acompañado de varios ministros. De tal día data el bautizo del balcón de la villa, que hizo con agua de admirativas palabras el propio rey. Desde entonces, Balcón de Europa se llama”[5]. Dos décadas después de la publicación de la obra de José Acosta la nueva versión estaba completamente aceptada y reproducida oficialmente en varios impresos que se distribuyeron en enero de 1986, con motivo de la celebración del centenario de la visita de Alfonso XII a Nerja y la emisión de un sello del Balcón de Europa por el organismo de Correos. En uno de ellos, una postal, el alcalde Antonio Villasclaras Rosas escribía que “S.M. el Rey, Don Alfonso XII –en su visita a Nerja– ante el panorama que se divisa desde su mirador exclamó: ‘Esto es el Balcón de Europa’. Nuestro monarca, quizás certeramente, dio este nombre al monumento más característico de esta villa”, para concluir que “acaba de convertirse en Centenario este hecho que ha enmarcado para siempre a este paseo en el universo”. En similares términos se expresaba el cronista de la villa, José A. Pascual Navas, en un sobre conmemorativo del primer día de emisión del citado sello, en el que escribe que el rey “al asomarse a aquel mirador exclamó: ‘Esto es el Balcón de Europa’. A partir de ese momento se le denominó ‘Balcón de Europa’.” Posteriormente, Rafael Sánchez de las Matas en Relatos históricos. Crónica de la villa de Nerja afirma: “Finalizada la reunión, S.M. el Rey visitó el pueblo, deteniéndose en la alameda y espolón, llamada por entonces La Batería, en donde pasado un momento de silencio exclamó: estamos en el BALCÓN DE EUROPA. La razón de esta nominación estriba en que si la luminosidad del día, está plenamente clarificada, desde el Balcón de Europa se observa la silueta de la cordillera del Atlas africano y en ese día se tuvo la fortuna de que alcanzase su cenit”[6].


Sobre del primer día de circulación del sello del Balcón de Europa, 20 de enero de 1986 (anverso)
Sobre del primer día de circulación del sello del Balcón de Europa, 20 de enero de 1986 (reverso)


Pablo Rojo Platero, en su reciente libro Historia insólita de Nerja, basándose en datos de archivo, concretamente en un documento de 1854, descarta que Alfonso XII sea el autor de la denominación Balcón de Europa, pero, sin embargo, sugiere una curiosa, insólita y romántica atribución del nombre que difícilmente puede sostenerse. Considera Pablo Rojo que la denominación es “fruto de la corriente romántica que se desarrolló en España hasta mediados del siglo XIX” y se pregunta si el escritor romántico norteamericano Washington Irving, que estuvo en Nerja en 1828 y reflejó la visita en su diario, tuvo “algo que ver con la denominación Balcón de Europa”[7].

Washington Irving llegó a Nerja, una de las etapas de su periplo por Andalucía, acompañado del secretario de la embajada rusa en Madrid y del cónsul general de Rusia en España, señores Stoffregen y Gessler, a las siete de la tarde del día 26 de marzo de 1828; se alojó en una posada y partió al día siguiente por la mañana hacia Torrox y Vélez-Málaga. Irving escribió en su diario:

“Evening at 7 o clock arrive at Nerja. But one room to be had at the posada & that small damp and squalid − no fish − All in the army – Stoffregen out humour. Gessler & I begin to eat cold hard eggs – Send Pepe to Alcayda to ask for his aid to procure beds – he comes to us – a stout pleasant looking man procured us beds at a friend – Our Landlady of the Posada bestirs her herself and gets us an excellent supper of Fish – Tomatoes and rice & milk. Go to friend of Alcaldes – charming corner with family & friends assembled led round it. Smoke & chat and then return to room with alcove. Theree clean beds in which we sleep luxury ously. Thursday 27 – In the morng our Landlord brings morning drinks of Brandy – we bid farewell of Alcalde in his shop & one or two politicians who come to see us off – − The vega in which Nerja is placed is pleasant with sugar cane – We ride partly along the shore – partly along Hills – One league of mountainous road – and afterwards partly level – […]”[8]

No hay en el texto ni una sola mención al Balcón de Europa; el escritor no pudo asomarse a él ni, por tanto, ponerle nombre, por una razón muy sencilla: el mirador no existía aún, la batería del castillo Bajo estaba completamente destruida y toda la zona estaba cubierta por los escombros amontonados de la fortaleza. Fue en 1832, cuatro años después de la visita de Washington Irving, cuando el Ayuntamiento pidió a las autoridades militares autorización para rellenar con escombros la batería para conseguir una glorieta, con la condición de que si el gobierno decidía en algún momento levantar de nuevo el castillo los vecinos de Nerja contribuirían aportando dos mil cargas de piedras. De esta manera, el solar de aquella fortaleza, que había sido levantada más de trescientos años antes, quedaría convertido en el espacio  público del que hoy disfrutamos.

Se puede decir con seguridad que el Balcón de Europa se llamaba así en la década de 1830; obtuvo la denominación una vez que la glorieta-mirador estuvo construida, en una fecha comprendida entre 1832 y 1839 que, de momento, no se puede precisar y, en todo caso, medio siglo antes de que Alfonso XII visitara Nerja.


DOCUMENTO


Detalle del acta capitular del Ayuntamiento de Nerja del 28 de diciembre de 1839, en que se cita el Balcón de Europa (Archivo Municipal de Nerja, Libro de Actas Capitulares del año 1839, fol 5v)


1839, diciembre, 28
Nerja

Acta capitular del Ayuntamiento de Nerja en que se cita el Balcón de Europa.

Archivo Municipal de Nerja, Libro de Actas Capitulares del año 1839.


En la villa de Nerja, a los veinte y ocho días del mes de diciembre de mil ochocientos treinta y nueve, estando en sus salas capitulares los Sres. que componen el Ayuntamiento Constitucional y a continuación suscriben, por el señor D. José García Peralta, alcalde presidente, se dio cuenta de un oficio del subteniente de Carabineros de la 4ª Compañía de la Comandancia de Málaga, D. Lorenzo Martínez, su fecha 27 del actual, referente a que se le manifieste lo que conste a esta municipalidad acerca de los autores, cómplices y auxiliadores del alijo de fraude que la noche del 25 del actual aparece se perpetró por el sitio llamado el Playazo de esta villa.

Enterado el Ayuntamiento, acordó: se conteste a dicho señor que en la noche del 25, de ocho a nueve de ella, por el comandante de Carabineros de este punto se impetró auxilio al señor alcalde 1º para acudir al punto llamado del Rincón, a poniente de esta villa, donde parecía se estaba haciendo o intentaba hacer un alijo de fraude, según así lo manifestó el torrero de la nombrada Torrecilla Rafael Sanjuán, que venía a dar parte al señor comandante de Armas. Inmediatamente fue prestado auxilio de la Marina Nacional, ocupando parte de sus individuos el puesto del Balcón de Europa para que la fuerza que en él estaba de Carabineros se incorporase con su oficial, quien salió con ella al punto amenazado; y el capitán de navío Ramón Vaquer salió con veinte y cinco hombres, y en el punto de la Ermita, extramuros de esta villa, dejó diez hombres para guarnecerlo, por ser una avenida; continuando su marcha sobre el punto relacionado se oyó fuego y [roto]le su marcha por la vega sobre el río, rompió el fuego a los que lo hacían por su izquierda que trataban de cortar la fuerza de Carabineros que mandaba su oficial, consiguiendo con ello el que los defraudadores no lograsen su intento, sosteniéndoles para que los carabineros hiciesen su retirada, por habérseles concluido las municiones; en cuyo tiempo bajaba el alcalde 2º con la fuerza de la Ermita, encontrándose cerca de la Torrecilla a dicho oficial de Carabineros con sus individuos, y todos reunidos volvieron a la Torrecilla, en donde también se incorporó el capitán de Nacional con su fuerza, por habérsele acabado también las municiones, emprendiendo su marcha todos al pueblo para proveerse de municiones, habiendo precedido el toque de llamada y rebato con las campanas; y municionados otra vez, salieron todos con dirección al Rincón, donde no se encontró a nadie y se observó que dos barcos se hacían para afuera del mar.

En este estado, practicándose el reconocimiento por todo el punto citado, se dieron partes por expreso a las justicias de Frigiliana y Torrox, como pueblos limítrofes, para que con este aviso adoptaran las medidas más acertadas para aprehender el fraude, caso de haberlo alijado, y igualmente por la misma hora, como la una de la madrugada del día 26, se dio parte también por expreso al señor subdelegado de Rentas del partido de Vélez-Málaga, sin perjuicio de estarse instruyendo la correspondiente sumaria averiguación de los autores, cómplices o auxiliadores de semejante atentado, siendo lo único que hasta la fecha puede informar esta Corporación. Y firman dichos Sres. del Ayuntamiento conmigo el secretario, de que certifico, sin perjuicio de haber estado patrullando el Sr. alcalde 1º con los demás Sres. del Ayuntamiento en unión del señor juez de 1ª instancia del partido de Torrox, la población y sus avenidas, en donde no ocurrió la más ligera novedad.

García [rubricado]
Cabalín [rubricado]
Navas [rubricado]
Ruiz [rubricado]
Padial [rubricado]
Jurado [rubricado]
González [rubricado]
José Guidet [rubricado]
Manuel Gutiérrez [rubricado], secretario.







[1] NAVARRO, J., “Ídolo y dolo. Brevísima historia de la monumentalidad granadina”, en LÓPEZ CUENCA, R. y VEGA, E., Granada, mármoles con caracteres extraños. Guía monumental, Granada, 2016, págs. 9-14.
[2] ARCHIVO GENERAL DE PALACIO, Reinados. Alfonso XII, caja 8.642. exp. 8.
[3] Información contenida en el acta capitular de Nerja del 24 de enero de 1885. El Libro de actas del Ayuntamiento de Nerja correspondiente al año 1885 está perdido, por lo que se ha utilizado el facsímil del acta reproducido en SÁNCHEZ DE LAS MATAS, R., Relatos históricos. Crónica de la villa de Nerja, Nerja, 1995, págs. 137-138.
[4] BUENO GARCÍA, A., Reseña histórica de la villa de Nerja, Vélez-Málaga, 1907, pág. 67.
[5] ACOSTA SÁNCHEZ, J., Nerja, primer encuentro con mi pueblo, Málaga, 1965, pág. 38.
[6] SÁNCHEZ DE LAS MATAS, R., Relatos históricos. Crónica de la villa de Nerja, Nerja, 1995, pág. 138.
[7] ROJO PLATERO, P., Historia insólita de Nerja, Málaga, 2012, pág. 112.
[8] IRVING, W., Journal 1828 and miscellaneous notes on moorish legend and history, Nueva York, 1937, págs. 48-49.